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Televisa

Televisa,  la empresa productora de televisión más importante de México anunció una serie de cambios de imagen y programación que iniciaron en agosto  de 2016, con ello se pretendía atraer a jóvenes cibernautas y a un segmento de mercado muy exigente por su capacidad de crítica y análisis; estos dos segmentos de mercado Televisa los perdió por la incursión de la empresa en faenas directamente políticas que no eran de su interés anteriormente.

Al parecer la estrategia de Emilio Azcárraga Jean fue más allá de los escenarios, las cámaras y el poder, con el manejo de imagen del entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, que lo impulsaron primero como candidato por el PRI y luego como Presidente de México.

Sin embargo, la falta de preparación del Presidente provocó una abrupta caída en las preferencias de los habitantes, así como las políticas públicas y los escándalos de corrupción en la que se han involucrado los funcionarios públicos, que hace notoria una falta de imparcialidad en el manejo de la información. Lamentable carga de falta de credibilidad que en aumento provocó el abandono de su audiencia y por lo consiguiente de sus patrocinadores comerciales.

Otro de los problemas de la empresa televisora es la falta de contenidos interesantes para una sociedad que está mas enterada y conectada a las redes sociales y los vídeos de duración corta. A los movimientos de agosto de 2016, siguió la caída de audiencia y menos anunciantes. El arribo tardío a las redes sociales, no sólo se encuentra atrapado en la limitación de la propia libertad e irreverencia de las rede sociales, sino a la dificultad de crear contenidos dinámicos que atraigan a la audiencia.

El desprestigio de los intelectuales afines a la empresa, gozan del mayor desprestigio nacional, lo cual es una carga adicional para la empresa.

La estrategia para captar el interés público de Televisa, se ha puesto en marcha, tras limitar la reproducción de series y programación que se realizaba en diversas redes sociales. Así mismo la contratación de personajes que logran fama efímera, que atraen multitudes, no importando la calidad o trascendencia del propio contenido.

¿Cual es la estrategia que debe seguir la televisora para posicionarse nuevamente?

El reto no es sencillo...

¿Ustedes que opinan?
¿Que harían si fueran los dueños de la empresa?


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