Mario Alberto / Periodista
Carta Abierta
Gabriel Sánchez Andraca
Director General de Cambio
Presente:
Me refiero a los soeces comentarios vertidos el día de hoy, por el periodista MARIO ALBERTO MEJIA, quien haciendo mal uso de la libertad de prensa consagrada en nuestra Carta Magna, ataca cobardemente mi honorabilidad y la de una dama.
En Primer término agradezco la atención que ha tenido el periodista al haberme dedicado el estelar de su cuento, que desde luego está alejado de la realidad. Sin embargo debo reconocer su brillante inventiva y su gran capacidad para hacer daño, problema central de su falta de hombría que lo lleva al ataque cobarde de políticos y mujeres indefensas, que no tienen la culpa de su mente enferma.
Con la misma ligereza que el periodista de marras escribe puedo recordar los chismes que de MARIO ALBERTO MEJIA se han dicho, en el sentido de que él, precisamente él, manoseaba a sus propias hijas o que derivado de su presunta homosexualidad, es proclive al chisme de recamara o su desprecio por las mujeres.
Por lo demás, en lo político, puede hacer las invenciones que guste, en la hombría de bien y en la honorabilidad de las mujeres, no puede dejarse pasar la afrenta.
RESPETUOSAMENTE
LIC. RODOLFO HERRERA CHAROLET
Director General de Cambio
Presente:
Me refiero a los soeces comentarios vertidos el día de hoy, por el periodista MARIO ALBERTO MEJIA, quien haciendo mal uso de la libertad de prensa consagrada en nuestra Carta Magna, ataca cobardemente mi honorabilidad y la de una dama.
En Primer término agradezco la atención que ha tenido el periodista al haberme dedicado el estelar de su cuento, que desde luego está alejado de la realidad. Sin embargo debo reconocer su brillante inventiva y su gran capacidad para hacer daño, problema central de su falta de hombría que lo lleva al ataque cobarde de políticos y mujeres indefensas, que no tienen la culpa de su mente enferma.
Con la misma ligereza que el periodista de marras escribe puedo recordar los chismes que de MARIO ALBERTO MEJIA se han dicho, en el sentido de que él, precisamente él, manoseaba a sus propias hijas o que derivado de su presunta homosexualidad, es proclive al chisme de recamara o su desprecio por las mujeres.
Por lo demás, en lo político, puede hacer las invenciones que guste, en la hombría de bien y en la honorabilidad de las mujeres, no puede dejarse pasar la afrenta.
RESPETUOSAMENTE
LIC. RODOLFO HERRERA CHAROLET
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