2006 Fauna Política / Rodolfo Herrera Charolet
Humberto Vázquez, quien fue mi compañero de legislatura, tiene la ventaja de haber sido “par” con Javier López Zavala, el actual Secretario de Gobernación. Durante su desempeño como Secretario de Seguridad Pública y Vialidad, conservó además de la relación cordial e institucional, un cercano trato, lo cual facilitará la interlocución de los grupos que encabezan las dos figuras más prominentes del partido y que tenían su campo de batalla en la capital del Estado y quienes en sus pretensiones, se estaban provocando mutuamente laceraciones que le causaron mayores daños al partido.
Desconozco por ahora, quien tiró la primera piedra, lo cierto es que, Enrique Doger tenía un costal de ellas y no está manco. Para nadie pasa desapercibido, que el ex rector de la BUAP, ejerce influencia en algunos medios de comunicación; no se hable de su patrocinio, lo cual sin duda, pudo interpretarse como instrucción de golpear sin que hubiere en el fondo la intención, toda vez que la línea editorial es independiente del acuerdo económico.
Enrique Doger no llegó solo a la Presidencia Municipal de Puebla, fue uno de los mejores candidatos que postuló el PRI. Fue un hombre que aprovechó su imagen pública promovida desde la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, pero comprometido con las causas que lo llevaron a tomar la alternativa del Revolucionario Institucional. Aún cuando sin militancia activa, sin ninguna identificación clara con las bases, el “apapacho” del entonces candidato a Gobernador del Estado, lo llevaron a ser popular, dejando de ser el académico o teórico que representaba.
El Presidente Municipal de Puebla, tiene capacidad y enfrentó junto con Mario Marín Torres una campaña de lodo, de calumnia y difamación, honor que libró gracias a la fortaleza y sentido incluyente que imprimieron los equipos de campaña. Lograron ambos, que el PRI rescatará la capital del estado, de las manos de un pusilánime gobernante que menospreció al poder legislativo, desfalcó las arcas públicas y se burló de los poblanos; prototipo de los políticos que dan preferencia a su obstinación, en lugar de atender el sentido común de un gobierno para el pueblo.
Humberto Vázquez tiene la tarea a marchas forzadas de zurcir fino, en la tela que une al dogerismo y marinismo, a fin de que los equipos trabajen en torno a proyectos que fortalezcan la vida institucional del Partido Revolucionario Institucional. Posiblemente olvidando en parte las conveniencias personales o proyectos individuales, que terminan por llevar al traste el mayor proyecto de ambos. Uno de consolidar el gobierno estatal y asegurar una mayoría legislativa priísta de el LVII Congreso, otro, continuar las obras municipales y propiciar una alternativa viable para el 2010 rumbo a la renovación del poder ejecutivo del Estado.
La fotografía de unción de Humberto Vázquez, une a los protagonistas y constructores de la estabilidad del municipio de Puebla y muestran la posibilidad de dialogo. El respeto y respaldo profesado al “primer priísta de la entidad” propician el acercamiento. Solo falta el ingrediente de la prudencia, para ambos bandos, para quienes desean gobernar el municipio y para quienes desean gobernar la entidad. Enroque de equipos que no necesariamente debe acordarse, uno en función de otro, sino que deben buscarse las causas comunes que los motivan a sumar sus esfuerzos, ambos en la estabilidad y búsqueda. Es el tiempo de sumar.
El dogerismo podría encontrar una oportunidad de consolidación, si atiende las causas que lo llevaron al divorcio administrativo que no se concluyó y que dando marcha atrás, pareciera que se trata de una reconciliación; en principio forzada por conveniencia, pero necesaria ante el complicado escenario político nacional que se presenta.
Antes que Enrique Doger hacia la gubernatura del Estado en el 2010 por el Partido Acción Nacional (PAN), se encuentran otros actores políticos que le llevan la delantera, uno de ellos, Rafael Moreno Valle Rosas (con mucho mayores posibilidades). Por el PRD o PRI existe la posibilidad, siempre y cuando logre consolidar un mejor prestigio dentro de las filas del Revolucionario Institucional, en virtud de que la mayor aportación de votos a favor del PRD, son precisamente de los priístas. Pensar que la alianza PRD-PT-Convergencia es suficiente para lograr tal fin, es por ahora solo especulativa, puesto que las alianzas de los Convergentes no son del ámbito estatal, sino obedece a la directriz nacional y bien puede hacerse con el PRI, cuando ya es oposición a nivel Nacional. Por ello, la fortaleza de Doger se consolida dentro del PRI y no fuera de él, motivo por el cual, es y será su responsabilidad la de mantener el gobierno del PRI en la ciudad capital. Pensar lo contrario es cómodo para quienes no se comprometen.
Así entonces el escenario de candidatos para el 2007 en la capital del Estado, estará equilibrado con tres candidatos marinistas y tres dogueristas, a fin de concretar los esfuerzos en la ciudad capital con una figura que aglutine los esfuerzos en la Presidencia Municipal. De ajustarse el escenario de los candidatos a legisladores locales, un factor de unidad lo puede representar el Secretario de Gobernación, aún cuando, se diga que ha desistido de su intención.
El escenario y distribución de las fuerzas marinistas y dogeristas en el municipio de Puebla, bien pude adelantarse de la siguiente manera; los dogeristas van por los distritos 4, 5 y 6; con los candidatos siguientes; Humberto Vázquez Arroyo, Omar Álvarez Arronte e Ignacio Mier Velazco, (por ser las figuras más connotadas y con mayor presencia y trabajo en el municipio) quienes de lograr el triunfo le garantizan a Doger tres diputados uninominales en el H. Congreso del Estado. Los distritos 1, 2 y 3 marinistas que aseguren una votación determinante para obtener el triunfo de la Presidencia Municipal, que encabezaría Javier López Zavala, uno de los hombres más experimentados en el quehacer político.
Los o las candidatas marinistas, no lo serán las mismas figuras del PRI tradicional, puesto que serán aliados que aporten talento, presencia y sufragios a favor de la causa, en virtud de que en la elección 2007 no solo está en juego una presidencia municipal, sino la estabilidad del H. Congreso del Estado y por consiguiente el del Gobierno del Estado. Así que las cuotas de mujeres o militantes bien podrían acordarse en un escenario de regidurías y otros cargos, pero no, en la ciudad capital y principales cabeceras municipales, en donde los candidatos serán necesariamente de unidad, en donde Humberto Vázquez en el PRI municipal de Puebla es un buen inicio.
¿O no lo cree usted?
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